EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA. VOCACIÓN AL AMOR SEGÚN EL PLAN DE DIOS
- Angelita Tavares Borboa

- 19 jul
- 3 Min. de lectura

A lo largo del mes de julio, Coordenadas de Navegación está ofreciendo una serie de publicaciones inspiradas en la exhortación apostólica Familiaris Consortio de San Juan Pablo II, documento que, a más de cuatro décadas de su promulgación, sigue iluminando con firmeza y ternura el caminar de las familias cristianas. Esta segunda entrega expone el fundamento teológico y antropológico del matrimonio y la familia según el plan originario de Dios.
A la luz del Magisterio de la Iglesia y en sintonía con el camino pastoral de la Diócesis de Tampico, estas entregas buscan fortalecer la catequesis familiar, animar a los agentes de pastoral y renovar la esperanza en el corazón de cada hogar.
¡Comencemos!
Una comunidad de vida y amor
La familia no es una simple agrupación de personas bajo un mismo techo, sino una comunidad de vida y amor. En ella se entrelazan relaciones singulares entre esposos, padres, hijos, abuelos y hermanos, todos animados por un amor que es vocación, entrega y compromiso.
El matrimonio, elevado por Cristo a Sacramento, es el fundamento de esa comunión. Los esposos cristianos, unidos en una sola carne, son signo del amor fiel e indisoluble de Dios por su pueblo. Su fidelidad no es una carga, sino reflejo del amor de Cristo por la Iglesia. Todo matrimonio cristiano está llamado a ser testimonio vivo de un amor que permanece, que genera vida y que construye comunión.
Hoy más que nunca, resulta esperanzador reconocer que no existen familias perfectas, pero sí familias que se aman, luchan juntas y no se sueltan de la mano de Dios.
Imagen de la Trinidad
La familia, como comunidad de personas, refleja el misterio de Dios, comunión de Amor. Esposo, esposa e hijos forman una imagen viva de la Trinidad. Esta visión no es solo teológica, sino catequética, ya que muestra que la vocación matrimonial y familiar se centra en el plan de Dios (Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 2201-2203).
Desde la catequesis, especialmente al acompañar a padres de familia en la iniciación cristiana de sus hijos, es necesario redescubrir esta verdad. No basta con transmitir doctrina; hay que ayudarles a ver su matrimonio y su hogar como un espacio sagrado, primera escuela de amor y de fe, donde Dios llama a la santidad.
Dignidad y corresponsabilidad
Familiaris Consortio reafirma con claridad la igual dignidad del hombre y la mujer, tanto en el matrimonio como en la vida familiar (nn. 22-25). La auténtica promoción de la mujer exige valorar su misión materna sin excluirla de la vida pública, y la paternidad se entiende como presencia generosa, comprometida y respetuosa. La complementariedad entre ambos es fundamental para el desarrollo educativo, afectivo y espiritual de los hijos. En este contexto, la catequesis está llamada a traducir esta enseñanza en propuestas claras de formación y acompañamiento, especialmente para matrimonios jóvenes y padres de familia.
La Iglesia acoge y sostiene
San Juan Pablo II reconoce las heridas que afectan a muchas familias: abandono paterno, discriminación hacia las mujeres solas, marginación de los ancianos, desprecio por la vida, entre otras. Frente a estas realidades, la Iglesia está llamada a ser madre, maestra, con una pastoral que una la verdad y la misericordia.
La catequesis en la Diócesis de Tampico, al acompañar a padres que guían a sus hijos en la iniciación cristiana, no puede ignorar estas situaciones. Al contrario, debe convertirlas en ocasiones para anunciar que todo hogar puede ser sanado si se abre al amor de Dios. Así, la catequesis se vuelve un espacio de discernimiento, consuelo y crecimiento.
Servicio a la vida, fuente de esperanza
La familia es santuario de la vida. El amor conyugal, abierto al don de la fecundidad, expresa la colaboración activa con el amor creador de Dios. Pero más allá de la procreación, la fecundidad del amor se extiende a la dimensión moral, espiritual y social.
Esta visión se presenta también en una reflexión hablada titulada El plan de Dios sobre el matrimonio y la familia, que ofrece una lectura complementaria y cercana. Como recurso catequético, ilumina la misión evangelizadora de las familias y acompaña, desde la fe, el caminar de quienes anuncian la vida como don.
Lecturas complementarias:

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