Monseñor José Armando Álvarez Cano celebra su 5° aniversario de servicio Pastoral en la Diócesis Tampico, agradeciendo a Dios y a la comunidad por su apoyo y cariño. Relata cómo su llegada a la ciudad transformó su percepción de la hospitalidad y comparte la importancia de su fe en su misión Pastoral.
En una emotiva Ceremonia Eucaristica, Monseñor José Armando Álvarez Cano conmemoró su 5° aniversario de servicio en la Diócesis de Tampico reflexionando sobre su llegada, el Obispo compartió anécdotas y agradecimientos que evidencian su profunda gratitud hacia la comunidad y su compromiso con su misión Pastoral.
"Allá en el lugar de donde yo venía, la gente lo saluda muy apenas con las yemas de los dedos," recordó el obispo. "Llego aquí a Tampico la gente te abraza y te da una bienvenida calida. Es algo totalmente distinto y diferente." Expresó Monseñor.
El Obispo comparó su llamado al de San Mateo, destacando la sorpresa y el sentido de indignidad que a menudo acompaña a quienes son llamados a servir. "Cómo va a llamar a este pecador, a este hombre que colabora con los romanos, a este ladrón," expresó, refiriéndose a la incredulidad que despertó el llamado de Mateo en los fariseos y escribas de la época.
A lo largo de su reflexión, el Obispo enfatizó la importancia del agradecimiento no solo a Dios, sino también a las personas concretas que representan el amor divino. "El rostro de Dios tiene rostros muy concretos en el cariño de los sacerdotes y del pueblo de Dios," afirmó.
Al mirar hacia el futuro, el obispo reconoció la necesidad de redoblar esfuerzos en su servicio y humildad.
"Hoy mis padres no están, pero está mi hermana en representación de toda mi familia," señaló, recordando a sus seres queridos que ya no están presentes físicamente pero que siguen acompañándolo desde el cielo.
Finalmente, el obispo reiteró su devoción a la Virgen María. "Siempre he estado bajo la protección de la Virgen," dijo. "Pido que ella también me siga acompañando y bendiciendo, y que conmigo lleguen todas las bendiciones para todos."
El mensaje del obispo resonó profundamente entre los presentes, recordándoles la importancia de la fe, la gratitud y la comunidad en la vida Espiritual y Pastoral.
GALERIA: Pbro. Néstor Javier López Rodríguez
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