TIEMPO PASCUAL ¡JESÚS ESTÁ VIVO!
- Jesús Rodríguez Flores
- 26 abr
- 2 Min. de lectura

El 20 de abril de 2025, celebramos el Domingo de Resurrección, día en el que Cristo venció a la muerte y al pecado. En este día, la Iglesia se une a la voz del ángel y anuncia “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado”. Con esto, se da inicio a la Cincuentena Pascual; un periodo de 50 días que comienza con el domingo de Pascua y termina con el domingo de Pentecostés (8 de junio de 2025).
UN GRAN DOMINGO
En la primera semana de la Cincuentena Pascual donde la Iglesia conmemora la Octava de Pascua (OP), el “Domingo más largo” equivale a ocho días continuos en los que se celebra la Resurrección de Cristo. Lo extraordinario y hermoso de estos ocho días -de domingo a domingo- es que se viven como si fuera “un solo día”. Se trata, pues, de un “largo domingo” o “gran domingo” en el que el gozo por Cristo vuelto a la vida se prolonga con la misma intensidad con que se vive el Domingo de Resurrección.
LAS LECTURAS EN LA MISA
Las lecturas diarias de la Octava se centran en los relatos de las apariciones de Cristo Resucitado y las experiencias que los discípulos tuvieron en su gloriosa presencia. Esto habrá de continuar el resto de la Cincuentena, especialmente los domingos. También a lo largo del Tiempo Pascual (TP), la Primera Lectura, comúnmente tomada del Antiguo Testamento, se cambiará por un pasaje de los Hechos de los Apóstoles.
NORMAS LITURGICAS: La Octava de Pascua: ¡una liturgia que invita a la alegría!
En Misa (Laudes y Vísperas) desde el Domingo de Resurrección hasta el Domingo II de Pascua, para despedir al pueblo se añade el doble “ALELUYA ”. La Secuencia Pascual, también conocida como "Victimae paschali laudes", se realiza obligatoriamente en la Misa del Domingo de Resurrección y puede realizarse durante los días de la OP. Terminada la OP, en los demás días del TP, no se dice el doble aleluya en la despedida, sino únicamente hasta el Domingo de Pentecostés. (Notas litúrgico-pastorales n6, pp. 23-24)
En los Domingos del TP se puede hacer la bendición y aspersión del agua, terminada la aspersión, se omite el acto penitencial, luego se entona el Gloria. Se procura que el lugar luzca florido, iluminado. Durante estas fechas se suele poner el cirio pascual encendido y la pila bautismal en un lugar destacado.
LA DIVINA MISERICORDIA
El Segundo Domingo de Pascua, con el que concluye la Octava, es llamado Domingo de la Divina Misericordia, de acuerdo a la disposición dejada por San Juan Pablo II durante su pontificado, a propósito de la canonización de su compatriota santa Faustina Kowalska.