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“La familia es lo más importante que tenemos”: Mons. Óscar Efraín Tamez en el Jubileo de la Familia.

Con gran entusiasmo, familias de toda la Diócesis se congregaron este domingo en la Plaza de las Artes para dar inicio a la Marcha de la Familia, organizada por la Dimensión Diocesana de la Pastoral Familiar, como parte del Jubileo de la Familia, bajo el lema “Familias peregrinas de esperanza”. La caminata fue encabezada por monseñor Óscar Efraín Tamez Villarreal, Administrador Apostólico de la Diócesis de Tampico, acompañado por sacerdotes de diversos decanatos.


Entre los presbíteros presentes destacaron el Pbro. Benjamín Aviso Herrera; el Pbro. León Cárdenas Cuevas, rector del Seminario de Tampico; el Pbro. Ernesto Tovar, encargado de la Dimensión Diocesana de Pastoral Familiar; así como los Misioneros del Espíritu Santo Pbro. Juventino Hernández Flores, C.S.Sp., y el Pbro. Baltazar Hernández Hernández, C.S.Sp., quienes se unieron al caminar festivo junto a cientos de familias.


La jornada culminó con la celebración de la Santa Misa, en la que monseñor Oscar Efraín Tamez Villarreal ofreció una profunda homilía centrada en la solemnidad de la Ascensión del Señor, destacando que “celebrar la Ascensión es ser consciente de que cada uno de nosotros estamos en nuestro tiempo, estamos llamados a ser testigos del don del Bautismo”.


El Obispo subrayó que la misión de Jesús culmina con su Gloriosa Ascensión, pero también marca el inicio de la misión de la Iglesia: “Jesús ha cumplido el proyecto del Padre. Ahora el protagonismo es de cada uno de nosotros como bautizados”, afirmó. Y añadió con énfasis: “Cuando me refiero a protagonismo no estoy tejiendo ese papel principal; el protagonismo es lo que Jesús dice en el Evangelio: cada uno de nosotros desde nuestra realidad, seamos auténticos testigos”.


En el contexto del Jubileo, la homilía giró en torno a la familia como el núcleo vital de la sociedad y de la Iglesia: “Una manera de ser testigos de la fe es tener la oportunidad de rescatar el don más sagrado que tenemos: la familia. La célula más importante de la sociedad, la célula más importante de la Iglesia”, recalcó.


Dirigiéndose a los padres de familia, monseñor Óscar Efraín Tamez Villarreal recordó la prioridad que debe tener el hogar sobre otros compromisos: “Queridos papás, recordemos que el trabajo más importante y el negocio más importante es nuestra familia. Primero es mi esposo, mi esposa, mis hijos… y después el trabajo y el negocio”.


Finalmente, invitó a los fieles a prepararse espiritualmente para la próxima solemnidad de Pentecostés, pidiendo al Espíritu Santo que renueve el ardor misionero en los hogares y en la vida cotidiana de los creyentes: “Durante toda esta semana, en nuestra oración, todos los días, pidamos a la tercera persona, al Espíritu Santo, que nos conceda aquello que cada uno de nosotros necesitamos para que podamos ser auténticos testigos”.


El Jubileo de la Familia concluyó con una emotiva bendición final, en la que el Administrador Apostólico encomendó a todas las familias a la protección de Dios y al impulso del Espíritu para construir el Reino desde el corazón de cada hogar. Así, como familias peregrinas de esperanza, la Iglesia en Tampico renovó su compromiso de seguir caminando con fe y unidad.

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