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Las posadas: pedagogía de fe y acogida de La Virgen  María y San José.

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Las posadas: pedagogía de fe y acogida de La Virgen María y San José

A finales de noviembre inicia el Adviento, tiempo en que la Iglesia entera se prepara para acoger al Salvador. Con este espíritu, diciembre se convierte en un mes de esperanza y alegría, en el que las comunidades viven con intensidad la tradición de las posadas, catequesis popular que recuerda a la Virgen María y a San José en su camino de fe y confianza, invitando a abrir el corazón a Cristo que viene.


Cada diciembre, las comunidades mexicanas se llenan de cantos, luces y rezos que evocan el camino de la Virgen María y de San José en busca de posada. Esta tradición, que forma parte de la identidad cultural y religiosa del pueblo, no es únicamente un bello folclore, constituye también una pedagogía de la fe, un camino catequético que forma y evangeliza a niños, jóvenes, adultos y familias enteras.


En el capítulo V del Directorio para la Catequesis (2020) señala que la pedagogía de la fe participa en la pedagogía de Dios, quien se revela y educa al hombre con paciencia, mediante acontecimientos y palabras. Las posadas, en este sentido, son una escuela viva donde se hace presente la pedagogía divina a través de signos sencillos como la procesión con velas, los cantos de petición de posada, la acogida final y la convivencia, se transmite el misterio de la Encarnación. 


La tradición de las posadas también resalta un valor profundamente evangélico, la acogida. Cuando las familias abren sus puertas y su mesa, reviven el gesto de Belén, un lugar humilde que se convierte en cuna del Salvador. La Virgen María, en particular, es el modelo más perfecto de acogida. Como enseña el Concilio Vaticano II, “ella, al acoger en su corazón y en su cuerpo al Verbo de Dios, dio la vida al mundo” (Lumen Gentium §53).


La pedagogía de las posadas recuerda que la fe cristiana se vive abriendo puertas a Dios, al hermano y al necesitado. Esta tradición se convierte, así, en una auténtica catequesis popular que une a la familia y a la comunidad en torno al misterio de Dios con nosotros.


En la Diócesis de Tampico, la vivencia de las posadas cobra un acento particular en los grupos parroquiales, movimientos, familias y comunidades que año con año convierten este signo en una verdadera escuela de hospitalidad y de fe. De esta manera, lo universal de la Iglesia se encarna en lo local, haciendo de cada parroquia un espacio donde Cristo nace y renueva la esperanza de su pueblo.


Cada puerta que se abre en la posada es como una nueva Anunciación: es Dios mismo quien toca y espera ser recibido. Allí, en lo sencillo de un hogar o de una comunidad, el Señor vuelve a recordarnos que desea nacer en el corazón de su pueblo.


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