A casi 500 años de las apariciones, Mons. Eduardo Chávez enciende la fe guadalupana en el IEST-Anáhuac

Monseñor Eduardo Chávez, postulador de la causa de canonización de San Juan Diego y reconocido especialista en el Acontecimiento Guadalupano.

El IEST-Anáhuac fue sede de la conferencia “La verdad de Guadalupe”, impartida por Monseñor Eduardo Chávez, postulador de la causa de canonización de San Juan Diego y reconocido especialista en el Acontecimiento Guadalupano.

La ponencia se llevó a cabo en el gimnasio Burton E. Grossman, contando con la presencia de las autoridades de la institución educativa, entre ellas la rectora Lic. Gloria Laura Septién Crespo, la dirección académica de Formación Integral e Identidad Católica, así como la Coordinación de Pastoral.

Con profunda emoción, Mons. Chávez compartió el fruto de años de estudio, investigación y oración en torno a la Virgen de Guadalupe y su mensaje para el mundo. Recordó que, a casi 500 años de las apariciones, la Virgen sigue mostrándonos el rostro misericordioso de Cristo, al elegir a un indígena laico como mensajero de su ternura y esperanza.

“Este es el tiempo de los laicos dentro de la Iglesia, de tomar conciencia de que somos familia de Dios a través de la Virgen de Guadalupe”, señaló Mons. Chávez, subrayando la vigencia del acontecimiento guadalupano en la vida de los pueblos. Con palabras llenas de fe, invitó a los jóvenes presentes a ser protagonistas en el hoy de la Iglesia: “No son el futuro, son el presente. Su dinamismo y alegría son un regalo que el mundo necesita”.

Durante su exposición, el ponente recordó también una frase de fray Juan de Zumárraga, escrita en 1539, que refleja la magnitud del mensaje guadalupano: “Quizás quiere, ya querido Dios, que de acá, de las Indias, la universal reformación se haya de comenzar”. Una afirmación que, según explicó, confirma cómo desde el Tepeyac brotó un mensaje de renovación para toda la humanidad.

Al concluir las jornadas, la rectora Lic. Gloria Laura Septién Crespo expresó un agradecimiento profundo a Mons. Eduardo Chávez por enriquecer la vida académica y espiritual de la comunidad universitaria con su testimonio y conocimientos.

El eco de estas conferencias quedó grabado en el corazón de los asistentes, quienes recibieron la invitación a vivir con coherencia y esperanza el don guadalupano, siendo luz y portadores de la alegría del Evangelio.

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