Pensamiento crítico: camino hacia una fe consciente
- Teresa Lynn Armstrong Villaseñor

- 11 jul
- 3 Min. de lectura

Sócrates utilizó con sus discípulos la técnica de la pregunta como una herramienta para que conocieran más acerca de lo que sabían, profundizaran en los conocimientos, desarrollaran el pensamiento y formularan juicios de valor. A través de la “Mayéutica”, el método filosófico de preguntas y respuestas, Sócrates llevaba a la persona a formar su propia opinión basada en hechos, conocimientos, análisis y cuestionamientos.
Aplicada en la actualidad, la Mayéutica podría considerarse precursora del pensamiento crítico, pues éste es un “pensamiento reflexivo y razonable centrado en la capacidad que tiene el ser humano para decidir en qué creer o qué hacer” (Acosta, 2018), que impulsa al ser humano a avanzar como especie. Este progreso lo dominan quienes piensan por sí mismos y validan sus ideas, respaldándolas con un análisis profundo y juicio crítico. Cuando se adopta una actitud crítica consciente en cada contexto considerado relevante para la persona, será capaz de conocer más acerca de lo que conoce y podrá comprender todo tipo de realidades (Acosta, 2018; Sánchez, 1991).
En el contexto religioso, el pensamiento crítico es una herramienta que le permite al creyente entender mejor su fe, sus creencias y lo que guía sus acciones, así como también las omisiones. Al analizar racionalmente esto, será capaz de entender si esas creencias, fe, acciones y omisiones son coherentes o no, o si son edificantes o no. Cuando se pone en práctica una actitud crítica ante las creencias, la persona tendrá un criterio formado respecto a las verdades de la fe y podrá fácilmente descubrir engaños, que pueden llevar a manipulaciones. Asumir la creencia religiosa de manera crítica lleva hacia comportamientos y pensamientos coherentes.
Al hablar frente a los miembros de la Fundación Centesimus Annus Pro Pontífice el 17 de mayo de 2025, el Papa León XIV les pidió desarrollar un “sentido crítico”, redescubrir la educación en el pensamiento crítico que le permita al creyente prepararse para contrarrestar las tentaciones opuestas que pueden “permear el cuerpo eclesiástico, (…) difundiendo noticas falsas y afirmaciones dogmáticas por parte de voces irracionales” (AICA, 2025).
El Papa considera que el pensamiento crítico es “una necesidad espiritual” que puede ayudar, sobre todo, a los jóvenes a pensar profundamente y buscar la verdad en cuestiones de fe, moralidad e identidad, pues se necesita una generación que piense con claridad, con convicción y que tenga a Cristo en su centro (catholicblog, 2025).
Cuando se educa en el pensamiento crítico a los jóvenes, ellos ya pueden tomar sus propias decisiones que reflejan la verdad y no sólo una tendencia; formulan sus propios juicios de valor y no siguen a las masas ciegamente; dejan de ser impulsivos emocionalmente. Así, se convierten en el tipo de líderes que la Iglesia y el mundo necesita.
El pensamiento crítico es un arma espiritual que, cuando es guiado por la iglesia y fundamentado en la verdad y la gracia, puede conducir a los extraviados de regreso a Dios. Regresarán a la confesión como producto de la reflexión; defenderán la dignidad de la vida porque es lo correcto; se abrirán al respeto y la tolerancia porque es la única manera de convivir pacíficamente y, sobre todo, regresarán a misa porque han razonado que ese es el único camino que los lleva a la Eucaristía. Al pensar profundamente, se darán cuenta de que la verdad es la que los lleva de regreso a la casa de Dios.

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