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¿QUIÉNES SON LOS DIÁCONOS PERMANENTES? CONOCE SU PAPEL EN LA IGLESIA

Candidatos al Diaconado Permanente en la Diócesis de Tampico
Candidatos al Diaconado Permanente en la Diócesis de Tampico

Ante la reciente información sobre la mayor participación de laicos en las funciones pastorales de la Diócesis de Tampico, es importante hacer una distinción fundamental entre los laicos y los diáconos permanentes, especialmente ahora que se prevé la ordenación de nuevos diáconos para responder a la falta de sacerdotes disponibles para atender todas las comunidades.


Un diácono permanente es un hombre bautizado que ha recibido el sacramento del Orden en su primer grado: el diaconado. (Hch. 6, 3-6; 1 Tim. 3, 8-13 CIC cánones 1026-1032 Catecismo, no. 1571) A diferencia del laico, que no está ordenado, el diácono es miembro del clero y ha sido consagrado para servir de manera estable y permanente a la Iglesia, sin la intención de llegar al sacerdocio. Puede ser casado, viudo o soltero.


Entre sus funciones está bautizar, presidir matrimonios (con autorización del párroco), asistir en funerales, proclamar el Evangelio, predicar, animar la vida comunitaria y realizar obras de caridad y evangelización. (Lumen Gentium 29). Sin embargo, no puede celebrar la Eucaristía, absolver pecados ni administrar la unción de los enfermos, funciones que están reservadas únicamente a los presbíteros.


El diaconado permanente es una vocación específica dentro de la Iglesia que responde a las necesidades pastorales actuales, como ocurre en la Diócesis de Tampico, donde su incorporación busca fortalecer la presencia eclesial en las comunidades.


Por su parte, los laicos es decir, los fieles bautizados que no han recibido la ordenación sacramental continúan teniendo un papel indispensable en la vida de la Iglesia: colaboran activamente en la liturgia, la catequesis, los grupos pastorales y diversas obras de misericordia. No obstante, no pueden presidir matrimonios, celebrar la Eucaristía, administrar la unción de los enfermos ni confesar. Solo pueden bautizar en caso de peligro de muerte, como lo permite la Iglesia en situaciones de urgencia.


La vocación del laico se vive principalmente en el testimonio cristiano en la vida cotidiana, la familia, el trabajo y la sociedad, siendo luz del Evangelio en medio del mundo. (Mt. 5, 14. 16)


Para quienes tengan inquietud sobre este ministerio o deseen conocer más sobre el diaconado permanente, se recomienda acercarse a su párroco o a la Oficina de Pastoral Vocacional de la Diócesis.

Bendición de albas de los candidatos al diaconado permanente
Bendición de albas de los candidatos al diaconado permanente

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