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ā€œSubimos al Tepeyac para escuchar la voz de Diosā€: Diócesis de Tampico peregrina con fe y esperanza a la casa de Santa MarĆ­a de Guadalupe

Actualizado: hace 3 dĆ­as

Santa Misa desde la Basílica de Ntra. Señora de Guadalupe, CDMX. Mons. Oscar Efrín Tamez Villareal, Administrador Diocesano de la Diócesis de Tampico.
Santa Misa desde la Basílica de Ntra. Señora de Guadalupe, CDMX. Mons. Oscar Efrín Tamez Villareal, Administrador Diocesano de la Diócesis de Tampico.

En una manifestación viva de fe, los diez decanatos de la Diócesis de Tampico, junto con su administrador apostólico, monseƱor Ɠscar EfraĆ­n Tamez Villarreal, peregrinaron este miĆ©rcoles al cerro del Tepeyac para encontrarse con Santa MarĆ­a de Guadalupe y poner bajo su amparo las intenciones de todo el pueblo diocesano.


Entre cantos, rosarios y sĆŗplicas, los fieles caminaron desde Peralvillo hasta la BasĆ­lica, portando pancartas, imĆ”genes y un profundo espĆ­ritu de oración. Al llegar a la ā€œcasita sagradaā€, monseƱor Tamez presidió la Santa Misa en la festividad de la Transfiguración del SeƱor, un signo providencial que iluminó el sentido profundo de esta peregrinación.

ā€œQuĆ© providencial es que nuestra peregrinación coincida con la fiesta de la Transfiguración. Todos nosotros, peregrinos, hemos sido invitados a subir… no al Tabor, sino aquĆ­, al Tepeyac, a la montaƱa donde tambiĆ©n Dios nos hablaā€, expresó el obispo en su homilĆ­a, subrayando el paralelismo entre el monte bĆ­blico y el santuario guadalupano.

Durante su mensaje, monseñor resaltó la actitud de María como modelo de escucha y contemplación:

ā€œNuestra Madre nos enseƱa a escuchar a su Hijo JesĆŗs… para escucharlo desde el corazón hay que guardar silencio y poder contemplar su Palabraā€.

Al reflexionar sobre la experiencia de caminar juntos en peregrinación, monseñor Tamez compartió con empatía las vivencias de los fieles:


ā€œDe Peralvillo para acĆ”, yo creo que algunos nos sentimos cansados… mientras rezĆ”bamos el rosario, a lo mejor nos ganó la tentación de platicar o de actualizar nuestras redes sociales. Escuchamos muchas voces que intentan confundirnos, pero lo importante es escuchar la voz del SeƱorā€.

El obispo exhortó a los presentes a no regresar a sus comunidades iguales, sino renovados y con la misión clara de ser testigos de fe:

ā€œTenemos que volver a Tampico, Madero, Altamira, y a cada uno de los municipios de nuestra diócesis… pero no regresamos igual. Volvemos conscientes de que hemos recibido y se nos ha confirmado una misión: ser testigos de fe y misiónā€.

La homilía concluyó con una entrañable súplica a la Virgen de Guadalupe:

ā€œPongamos delante de ella nuestras intenciones y necesidades. PidĆ”mosle para que cada uno de nosotros podamos cumplir la vocación, la misión, la tarea y la responsabilidad que hemos recibido de parte de Ɖlā€.

Con corazones encendidos por la esperanza y el consuelo maternal de la Morenita del Tepeyac, los peregrinos retornaron a sus hogares fortalecidos, sabiendo que ā€œno regresan igualesā€ y que, como MarĆ­a, estĆ”n llamados a decirle al SeƱor: ā€œHĆ”gase en mĆ­ segĆŗn tu palabraā€.


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